
Helena Pisonero Fraga
Psicopedagoga y autora
Batista el Ilusionista me recuerda a esos momentos en pijama, con mis hermanos, en esa seguridad de ser pequeños y estar en el hogar. Personajes coleccionables como Teo en tren, las entrañables marionetas de Barrio Sésamo, la Bruja Avería, Pumuky o las aventuras de los Pequeñecos dejan su esencia en los habitantes de Villa Ilusión.
El Universo Batista es el producto de lo que me hubiera venido bien saber desde pequeña, y no encontré en la educación convencional, y de lo que me gustaría aprender si fuese una niña de hoy en día y de lo que como educadora y madre quiero ofrecer a los más pequeños de la casa en sus momentos de ocio.
Temas como que no siempre se gana, que todo cambia, que la responsabilidad de lo que hacemos, tenemos o sentimos es nuestra y no del otro, o contenidos científicos de actualidad, tecnología e innovación que provoquen nuevas maneras de observar la realidad, forman la estructura interna de las historias .
Los personajes se convierten en todo lo que quieren ser y crean un universo de posibilidades hecho a medida en el que a cualquiera nos gustaría vivir .